[((*Noticia de Ciencias 28/01/2008*))]

Los árboles podrían no redistribuirse en respuesta a cambios climáticos de gran magnitud.

En contraposición a la teoría de que las especies continentales de árboles del norte de América migraron hacia el sur en el final de la última era glacial, investigadores de Duke University piensan que pudieron no redistribuirse con rapidez y sobrevivir en zonas próximas a los hielos

Utilizando datos moleculares, los investigadores llegaron a la conclusión de que el movimiento migratorio de especies arbóreas hacia zonas más templadas del sur de América al final de la última era glacial podía no haberse producido tan rápido como hasta ahora se pensaba.
Los autores de este estudio piensan que es posible que las especies que actualmente viven en el norte no migraron rápidamente. La evidencia fósil ha inducido a muchos investigadores a pensar que muchas especies de árboles que actualmente ocupan antiguas zonas glaciales migraron del norte de América en busca de refugio hacia zonas del sur a lo largo de las regiones costeras meridionales del Atlántico y del Golfo.
Una de las razones que aportan los investigadores para desestimar esta teoría se basa en que si se toman estudios de cómo se dispersan las semillas y se combinan con modelos de desarrollo de las poblaciones, sería realmente muy difícil para ciertas poblaciones de árboles moverse tan rápidamente como el modelo actual asume.
Los autores se centraron en la variación de las secuencias génicas, los haplotipos, obtenidas de varias especies de árboles modernos. Utilizando esta idea, observaron que los haplotipos de los árboles situados en el norte se extendieron hacia el sur, pero no demasiado, tal y como se supondría si hubieran quedado confinados en áreas cercanas al hielo. Entonces, ¿cómo pudieron sobrevivir?, probablemente porque fueron capaces de forzar un ambiente local más benigno en las zonas que ocupaban.
Esto supondría, según los investigadores, que los árboles fueron capaces de sobrevivir en zonas próximas a los hielos y que probablemente los inviernos no fueran tan severos como nos imaginamos en la actualidad. Las evidencias moleculares presentadas por los autores sugieren que algunas especies no fueron capaces de migrar con la rapidez que evolucionó el cambio climático.

Noticia sacada de: http://www.citologica.net/default.asp?Id=12&Fd=2